Dos hermosos granados dan nombre a este jardín, al este del Palacete. Lo cruza el camino al Pago del Matorral al pie de una pequeña. Siguiendo por ese camino, por el valle del Henares, aguas arriba, llegamos a las fuentes que abastecen la finca. Frente a nosotros esta una de las magníficas praderas donde suelen pastar nuestras vacas y terneros.